maniobra de heimlich
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Antes de quedarme embarazada ya me gustaba mucho la orientación infantil, por eso a lo largo de mi vida profesional me he ido formando de forma autodidacta para mejorar mi atención farmacéutica hacia los más pequeños, sin embargo, el tema de la lactancia materna no me parecía relevante, pues al haber tenido una madre que había amamantado a sus tres hijos (incluida yo hasta los seis meses), estaba convencida de que era algo completamente natural y, por tanto, pensaba que no tendría ningún problema.
Cuando nació Aarón, me di cuenta de que nada era como me lo habían contado, nadie me habló de que los comienzos iban a ser tan difíciles con la lactancia, solo me habían hablado de la falta de sueño, pero ¿y lo doloroso que podía ser dar el pecho? ¿y las grietas? ¿las obstrucciones? Mi madre me aconsejaba en lo que podía y se acordaba, pues hay algo que no tenemos en cuenta y, es que cada vez tenemos los hijos más tarde, lo que hace que nuestras madres a penas recuerden su etapa de crianza, algo normal. Hemos perdido esa tribu, esa transmisión de conocimientos de generación a generación, entrando en juego los mitos, la mayor parte de ellos introducidos por la industria tras la incorporación del biberón.
Fue cuando empecé a escuchar tantas cosas que no concordaban con lo que mi corazón me decía, lo que me llevo a informarme y asesorarme y, actualmente a formarme para poder apoyar a otras mamis a romper mitos, mitos de lactancia y de crianza en general.
Así que, en el poco tiempo que me queda después de ser madre, trabajar fuera de casa y el trabajo en casa, pretendo ayudar a visibilizar la lactancia y una crianza más empática con los más pequeños.
Ayúdame a formar esa tribu que hemos perdido siguiéndome por aquí y en mis redes sociales, ayúdame a romper todos esos mitos, para lograr que nuestra crianza sea más placentera.
Si tienes problemas de cualquier índole, será un verdadero honor acompañarte en este proceso. Puedes conseguir una lactancia placentera, y de paso empoderarte para llevar una crianza feliz y sin culpas.
Antes de quedarme embarazada ya me gustaba mucho la orientación infantil, por eso a lo largo de mi vida profesional me he ido formando de forma autodidacta para mejorar mi atención farmacéutica hacia los más pequeños, sin embargo, el tema de la lactancia materna no me parecía relevante, pues al haber tenido una madre que había amamantado a sus tres hijos (incluida yo hasta los seis meses), estaba convencida de que era algo completamente natural y, por tanto, pensaba que no tendría ningún problema.
Cuando nació Aarón, me di cuenta de que nada era como me lo habían contado, nadie me habló de que los comienzos iban a ser tan difíciles con la lactancia, solo me habían hablado de la falta de sueño, pero ¿y lo doloroso que podía ser dar el pecho? ¿y las grietas? ¿las obstrucciones? Mi madre me aconsejaba en lo que podía y se acordaba, pues hay algo que no tenemos en cuenta y, es que cada vez tenemos los hijos más tarde, lo que hace que nuestras madres a penas recuerden su etapa de crianza, algo normal. Hemos perdido esa tribu, esa transmisión de conocimientos de generación a generación, entrando en juego los mitos, la mayor parte de ellos introducidos por la industria tras la incorporación del biberón.
Fue cuando empecé a escuchar tantas cosas que no concordaban con lo que mi corazón me decía, lo que me llevo a informarme y asesorarme y, actualmente a formarme para poder apoyar a otras mamis a romper mitos, mitos de lactancia y de crianza en general.
Así que, en el poco tiempo que me queda después de ser madre, trabajar fuera de casa y el trabajo en casa, pretendo ayudar a visibilizar la lactancia y una crianza más empática con los más pequeños.
Ayúdame a formar esa tribu que hemos perdido siguiéndome por aquí y en mis redes sociales, ayúdame a romper todos esos mitos, para lograr que nuestra crianza sea más placentera.
Si tienes problemas de cualquier índole, será un verdadero honor acompañarte en este proceso. Puedes conseguir una lactancia placentera, y de paso empoderarte para llevar una crianza feliz y sin culpas.
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