«La dulce historia de una mama de dos»

Dayana Jácome

Mi nombre es Dayana Jácome, soy farmacéutica licenciada en la Universidad Complutense de Madrid, con más de 7 años de experiencia en atención farmacéutica, con masterado en Atención Farmacéutica por la Universidad de Miguel Hernández de Elche y asesora de lactancia a través de la formación Edulacta. Mamá de un niño que vino a cambiar mi vida y responsable de esta vocación tan bonita que he descubierto.

julio 9, 2021

Hola soy Dulce, mamá de gemellizos de 9 meses y seguimos felizmente con la lactancia
materna exclusiva, tengo 33 años, a los 32 nacieron mis mellizos, (aunque les digo
gemellizos porque se parecen y nos cuesta a veces trabajo identificarlos), cuando yo estaba
esperando a los bebés, quería estar preparada para su llegada, estaba convencida de
querer darles leche de mamá, pero tenía muchos miedos, sobre todo porque preguntaba a
las mujeres de mi familia de su experiencia y me decían que había dolor los primeros días,
además veía videos de mamás que lloraban al dar lactancia, eso realmente me espantaba
mucho… entonces tomé un curso psicoprofilaxis pero fue muy general, me ayudo mucho
con el tema de preparación mental para la llegada de los bebés; posterior a eso busque a
una asesora de lactancia la verdad caí en excelentes manos, busque varias pero Virina fue
la primera en ponerse en contacto conmigo eso me dio una señal que era ella quien debería
estar en este proceso, confíe en ella y en su experiencia, ha sido de las mejores inversiones
que he hecho para mi y los bebés.
El curso lo tomamos las abuelitas, mi esposo y yo, pues íbamos a trabajar juntos como un equipo y necesitábamos estar bien informados
Posterior a eso recibimos la información y técnicas que usaríamos, así como lo que
necesitamos para la llegada de los bebés y su lactancia. ¡Todo parecía claro! ¡Todo parecía
perfecto y fácil! la verdad me sentía más tranquila.
Virina tuvo el seguimiento siempre muy atento y amable antes de la llegada de los
gemellizos, eso me daba paz.
Los bebés nacieron en un hospital prolactancia, donde lo primero después de recibirlos fue
pegarme a los bebés para darles pecho, eso fue un punto a favor para marcar la Lactancia
Materna Exclusiva, sin embargo, no fue fácil ese camino, yo salgo de quirófano, me dejan
con un bebé en la cunero a lado mío, otro bebé en mis brazos, con anestesia en las piernas
y un calor intenso, además de traer cubrebocas y sin lentes (soy miope y astigmática) eran
factores que no favorecieron.
El primer bebé al sentir el pezón succionó rápido y fácil, me sentí feliz y plena de haberlo
logrado, succionó por un rato y después se quedó dormido, entonces pedí a la enfermera
que me cambiaran de bebé, como ya había tenido esa experiencia con el primer bebé dije
esto es pan comido, entonces me lo pego y bebé dos no abría su boquita, no succionaba,
solo dormía, empecé muy tranquila ayudando y ofreciendo, sin embargo, no obtenía
respuesta, comencé a sentirme nerviosa y preocupada, pasaban las enfermeras y me
decían que lo estimulara, le picaban su cachetito muy fuerte para que despertara y me decían que
así lo hiciera, yo toda temblorosa y miedosa le hacía pero no lograba despertarlo, entonces
las enfermeras dijeron que valorarán su habilidad de succionar, que pasarían los médicos,
tardaron en bajar mientras seguía intentando, cuando al fin pasan me dicen que si puede
succionar sin problema que insista, el punto es que pasaron varias horas y nada, al final
llegaron con formula y se la dieron con jeringa, solo así subí a planta.
Estando en planta seguí insistiendo pero no lograba que comiera de mí, le seguían dando
formula, ahí tuve contacto con Virina y me dio estrategias para lograrlo pero la verdad ya
estaba muy estresada y cansada. Durante la estancia en el hospital fue de formula un
gemellizo.

Llegando a casa, me contacto con Virina, hacemos videollamada, me explica que los bebés
no deben estar tapados, que debemos estimular los cachetes y la espalda para que estén
despiertos y que tienen que estar comiendo cada tres horas, para evitar un bajón de
glucosa o algo así, me puse nerviosa porque entonces estábamos haciendo todo mal,
empecé a estimularlos y a colocarme a los dos en forma de balón de americano, necesitaba
de 3 o dos personas para agarrar a los bebés y despertarlos.
Esos primeros días fueron determinantes, literal no dormíamos, porque era cada 3 horas
estar alimentando, empezamos a llevar un registro del tiempo que succionaba, deberían
tardar entre 20 a 30 minutos, además registrábamos la cantidad de pañales que sacaban
mínimo eran 6 a más pañales los que deberían de estar mojando.
En ese tiempo conté con mi tribu, un grupo de mujeres que me apoyaban, era mi suegra, mi
mamá, mis primas y sobrina, a parte mi esposo, ellos me pasaban a los bebés y yo tenía a
los dos en forma de balón, cuando un bebé se quedaba dormido pedía que los despertarán
entonces empezaba a picarle los cachetes, masajear la espalda, etc. esos momentos eran
estresantes la verdad.
Llegó el momento en que tuve crisis de llanto, pues llevaba casi 12 días sin dormir,
entonces mi asesora tuvo a bien decirme que debía por lo menos dormir 4 horas seguidas,
en ese lapso mi esposo daría con jeringa a los bebés para evitar la confusión de tetina-biberón, en
ese lapso dábamos formula, eso sucedió de esa manera los primeros tres meses, porque
estábamos cuidando que no hubiera la confusión de pezón y mamila, por eso solo jeringa.
Fueron meses y momentos intensos, estresantes, cansados y demás, pero tenía muy claro
que quería que mis hijos tuvieran el mejor alimento del mundo, o sea mi leche.
Tuve el apoyo de mi esposo en todo momento, él me decía que si quería yo, podíamos dar
formula y no tenía que seguir y estresarme por eso, pero algo en mi decía que siguiéramos
que íbamos a lograrlo.
Durante ese lapso recibí muchas críticas disfrazadas de consejos en ocasiones, otras veces
eran comentarios de personas que no tienen ni idea de lactancia materna. Eso hacía más
duro el proceso.
Yo seguía firme a mi decisión, así que seguimos, llegó el momento en que por fin podíamos
darle biberón, porque ya no habría confusión con el pezón, eso fue más fácil para los bebés y
mi esposo que eran quienes hacían el trabajo con la jeringa, seguían tomando fórmula una
sola vez por las noches, en el día era mi lechita.
En ese tiempo tuve una herida en un pezón porque un bebé succionaba mal, por más que
corregía la postura de sus labios y demás no lograba que mejorará, esto seguía siendo en
postura de balón de americano.
Yo buscaba, preguntaba y observaba todo lo que hacíamos para que su succión fuera
buena, pero no había mejora… un día vi un live que hizo Silka (asesora y doula) en ese
momento pregunté algo… no recuerdo bien cómo fue la pregunta.. pero su respuesta si la
recuerdo, me dijo debes DISFRUTAR tu lactancia y en ese momento todo fluirá… me hizo

mucho ruido eso y dije así es… entonces empecé a ponerme uno por uno, sabía que eso
haría el proceso más tardado pero también que podría estar conectados con cada uno,
estresarme menos por que si uno ya se movió agarró mal el pezón… así empezamos un
nuevo proceso.
Empecé a disfrutar más la lactancia, dejó de existir un poco el factor estrés, digo esto
porque ahora mientras daba leche a un bebé el otro lloraba porque tenía hambre, entonces
tenían que calmarlo en lo que terminaba el otro bebé… era triste escuchar llorar a mi bebé,
pero sabía que solo así todos estaríamos mejor…
Pasaron los días y todos nos empezamos a acoplar a esa dinámica, llego también el día
que ellos ya no querían biberón y dejaron la fórmula por si solos, fue ese momento donde
mi leche se convirtió en su único alimento.
Ya era como el mes 4 cuando eso sucedió entonces ya la alimentación podía ser cada 4
horas, ya bajó el estrés un poco, pero seguíamos aprendiendo todos.
Después mis miedos eran los brotes de crecimiento, los cuales sí tuvimos, algunos más
intensos que otros, pero en cada proceso mi asesora de lactancia me acompañaba y daba
ánimos.
Recuerdo que decía quiero llegar a los 6 meses de lactancia materna exclusiva, porque eso
era lo que se recomienda como mínimo, entonces cuando llegamos a los 6 meses fue un
máximo logro para mi, pero dije vamos a seguirle… es la fecha y seguimos con LME, no sé
cuándo dejaré de darles, no voy a negar que es una tarea intensa físicamente (dolor de
espalda, despertares en la noche, etc.) pero se que cuando ese momento llegue mi corazón
y cuerpo lo sabrán… por el momento disfruto alimentar y nutrir no solo física sino
emocionalmente a mis gemellizos.

Quiero que mi historia sea de ayuda para más mamás primerizas y no primerizas, mamás
de un solo bebé o múltiples, de que si se puede ser LME, que se requiere de una tribu de
mujeres que te apoyen, de tener el apoyo de tu esposo, de tener la convicción de querer
hacerlo, de tener una excelente asesora de lactancia, de mucha paciencia, dedicación y
sobre todo amor.
Quieres conocer más de mi y mis gemellizos @mamadegemellizos

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