Antes de quedarme embarazada ya me gustaba mucho la orientación infantil, por eso a lo largo de mi vida profesional me he ido formando de forma autodidacta para mejorar mi atención farmacéutica hacia los más pequeños, sin embargo, el tema de la lactancia materna no me parecía relevante, pues al haber tenido una madre que había amamantado a sus tres hijos (incluida yo hasta los seis meses), estaba convencida de que era algo completamente natural y, por tanto, pensaba que no tendría ningún problema.
Cuando nació Aarón, me di cuenta de que nada era como me lo habían contado, nadie me habló de que los comienzos iban a ser tan difíciles con la lactancia, solo me habían hablado de la falta de sueño, pero ¿y lo doloroso que podía ser dar el pecho? ¿y las grietas? ¿las obstrucciones? Mi madre me aconsejaba en lo que podía y se acordaba, pues hay algo que no tenemos en cuenta y, es que cada vez tenemos los hijos más tarde, lo que hace que nuestras madres a penas recuerden su etapa de crianza, algo normal. Hemos perdido esa tribu, esa transmisión de conocimientos de generación a generación, entrando en juego los mitos, la mayor parte de ellos introducidos por la industria tras la incorporación del biberón.
Fue cuando empecé a escuchar tantas cosas que no concordaban con lo que mi corazón me decía, lo que me llevo a informarme y asesorarme y, actualmente a formarme para poder apoyar a otras mamis a romper mitos, mitos de lactancia y de crianza en general.
Así que, en el poco tiempo que me queda después de ser madre, trabajar fuera de casa y el trabajo en casa, pretendo ayudar a visibilizar la lactancia y una crianza más empática con los más pequeños.
Ayúdame a formar esa tribu que hemos perdido siguiéndome por aquí y en mis redes sociales, ayúdame a romper todos esos mitos, para lograr que nuestra crianza sea más placentera.
Si tienes problemas de cualquier índole, será un verdadero honor acompañarte en este proceso. Puedes conseguir una lactancia placentera, y de paso empoderarte para llevar una crianza feliz y sin culpas.
Que fantástico lo que has escrito felicitaciones soy mamá de una beba de 31 pero ahora Ella esta apenas formando su hogar los dos trabajan mucho y parece ser que les asuste les aterra la responsabilidad de ser padres y más en los tiempos como estamos!!! Me gustaría ser mejor guía de mi hija en estos momentos pero quiero respetar tanto su espacio su vida de pareja que no creo que a mi me competa Dino a los dos, pero como madre latina quisiera poderle dar el mejor consejo sin que eso afecte la decisión de los dos. Hoy las parejas jóvenes se lo piensan mucho y más es cobardía de asumir esa responsabilidad y dejar su vida de comfort 🙈🙈🙈 podría escribir tanto y nunca acabar.
Hola Narcisa, justo tengo esa edad, y doy fe de que da miedo, yo ya soy madre pero me cuesta mucho aumentar la familia, mi madre está en la misma situación que tu, y está haciendo lo mismo, dejarnos nuestro espacio y yo acudo a ella cuando la necesito. Y tienes toda la razón , nos cuesta salir de esa zona de confort o aumentar la responsabilidad. El ser padres tiene que salir de ella, sin presiones, sin agobios, aún está a tiempo. Le he pasado el mensaje a Carol para que ella como psicóloga, te de su opinión. Un fuerte abrazo!
Gracias Narcisa por leerme y por compartir tu experiencia!
Una de las formas más grandiosas de amar a nuestros hijos desde siempre y por el resto de nuestras vidas es dejarlos ser, respetar ese “ser” y sus propios procesos y al mismo tiempo amarlos y estar presentes de forma incondicional! De esta manera no sólo abrimos el espacio para au propio descubrimiento y aprendizajes , haciéndoles sentir seguros de que efectivamente son capaces de asumir cada nuevo reto, sino que además se fortalecen los vínculos y los espacios de intimidad emocional que han construido, cuando nuestros hijos no se sienten supervisados o juzgados en cada paso ( aplica para todas las edades pero de forma diferente según el momento de vida y desarrollo por supuesto).
Estas afirmaciones las hago cómo psicóloga, desde los principios de la crianza respetuosa y consciente y en especial cómo hija! No hay aprendizaje más arraigado que el que se adquiere a través de la propia indagación y experiencia; y cómo madre entiendo perfectamente la “necesidad de control” que puede albergarnos cuando se trata de “asegurar” el bienestar de nuestros hijos. Tu hija es adulta ahora y dueña de su propio camino y decisiones… así que además de soltar y dejar que todo fluya, siempre podrás acompañarla compartiendo información que te parezca interesante y que consideres que puede aportar para su vida, lejos de juicios o la necesidad de que haga las cosas cómo las harías tú o cómo te gustaría que las hiciera (esa es una lucha interna permanente para la mayoría de los padres :/). Te envío un abrazo y mis mejores deseos para las dos en esta nueva etapa que estará llena de nuevos descubrimientos y aprendizajes para ambas 🙂